Postoperatoria en Amigdalectomía: recomendaciones a seguir para la recuperación
- Minor Valverde
- 9 jun
- 3 Min. de lectura
La recuperación de una amigdalectomía es un proceso gradual que requiere paciencia y cuidados específicos. El dolor de garganta es el síntoma principal y puede durar hasta dos semanas. Aquí te dejamos las recomendaciones clave para facilitar tu recuperación.
Manejo del Dolor:
Analgésicos: Toma los medicamentos para el dolor recetados por tu médico de forma regular, especialmente los primeros días, incluso si el dolor no es intenso. Esto ayuda a mantener un nivel constante de alivio y facilita la alimentación y la hidratación.
Frío Local: Aplicar compresas frías o una bolsa de hielo envuelta en una toalla en la parte externa del cuello puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
Hidratación y Reposo:
Bebe Líquidos: La hidratación es fundamental. Beber líquidos fríos ayuda a aliviar el dolor y a prevenir la deshidratación. El agua, los jugos no cítricos y las bebidas isotónicas son excelentes opciones.
Reposo Relativo: Evita actividades físicas intensas, deportes y levantar objetos pesados durante al menos 14 días. El reposo ayuda al cuerpo a concentrar su energía en la curación.
Cuidados Generales:
Evita Carraspear y Toser: Intenta no carraspear, toser fuerte o sonarte la nariz con fuerza, ya que esto puede provocar sangrado.
Costras Blancas: Es normal que se forme una capa blanquecina o amarillenta en el área donde estaban las amígdalas. No intentes quitarla, es parte del proceso de cicatrización y se caerá sola entre el día 5 y el 10.
Señal de Alerta: Si presentas sangrado activo (sangre roja y brillante), fiebre alta persistente o incapacidad total para beber líquidos, contacta a tu médico o acude a urgencias de inmediato.
Dieta a Seguir los Primeros 15 Días
La alimentación es uno de los pilares de la recuperación. La garganta estará muy sensible, por lo que la dieta debe ser blanda y fría/templada para no irritar la zona operada.
Días 1-3: Fase Líquida y Fría
Objetivo: Máxima hidratación y mínimo dolor.
Alimentos permitidos: Agua, helado de agua (sin trozos ni cítricos), gelatina, caldos fríos o tibios (no calientes), yogur líquido natural, batidos de frutas no ácidas (plátano, pera, manzana) con leche o agua.
Evitar: Bebidas calientes, cítricos (naranja, limón), bebidas carbonatadas.
Días 4-7: Fase de Purés y Alimentos Blandos
Objetivo: Introducir más nutrientes sin dañar la zona de cicatrización.
Alimentos permitidos: Purés de verduras suaves (papa, zanahoria, calabacín), compotas de fruta, flanes, natillas, sopas cremosas tibias, huevo revuelto muy suave. Puedes añadir fideos muy cocidos a la sopa.
Evitar: Pan, galletas, tostadas, arroz, carnes, alimentos fritos o crujientes.
Días 8-15: Fase de Transición a Sólidos Blandos
Objetivo: Retomar gradualmente una dieta más normal.
Alimentos permitidos: Pescado blanco cocido y desmenuzado, pollo desmenuzado, pasta bien cocida con salsas suaves, pan de molde sin corteza, aguacate, plátano.
Evitar: Alimentos duros, crujientes o picantes como patatas fritas, frutos secos, cortezas de pan, pizza y cualquier alimento que requiera mucha masticación.
A partir del Día 15: Generalmente, se puede volver a una dieta normal de forma progresiva, siempre escuchando a tu cuerpo. Si algún alimento te causa molestias, espera unos días más antes de volver a intentarlo.
Recuerda que estas son recomendaciones generales. Sigue siempre las indicaciones específicas de tu cirujano, ya que cada recuperación es única. ¡Paciencia y buen cuidado te llevarán a una pronta recuperación!
